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Obras de arte perdidas regresan al GAM Tras 52 años

 

Región Metropolitana,

05/04/2024 17:00:00 Ante la presencia de autoridades y de la comunidad artística, GAM develó las obras de los artistas Mario Toral, Héctor Herrera y Mario Carreño, que retornaron al icónico edificio tras décadas de ausencia.

<b>Obras de arte perdidas regresan al GAM  Tras 52 años</b>

Cuando en abril de 1972el edificio de la UNCTAD abrió sus puertas, 37 obras de artistas y artesanos lohabitaban, haciendo de él un espacio cultural único para la época. Murales,tapices y esculturas fueron protagonistas en sus muros hasta 1973. Tras el GolpeMilitar, gran parte de la colección desapareció, desconociéndose hasta hoy sudestino.

 

Este miércoles 3 deabril, después de 52 años y en una emotiva ceremonia, tres de estas creacionesfueron devueltas a su hogar gracias a la gestión del Centro GAM, que lasrecuperó en el marco de un aniversario más de la UNCTAD, permitiendo sureencuentro con el público. Una fue repintada por su propio creador, otraoriginal restaurada minuciosamente y otra recreada por el discípulo del artistacon los bocetos de su maestro.

 

Respecto a la relevanciaque tiene el rescate de estas tres obras patrimoniales, Felipe Mella, director ejecutivo del GAM, explica: “Hemos trabajadomucho en relevar la colección. Recuperar estas obras es indispensable paravolver a honrar el espíritu de tantos artistas que donaron obras en los años 70para el edificio original. Este año nos llena de orgullo poder contar con tresobras más que podrán ser visitadas por más de 100 mil personas que visitannuestro centro cultural mensualmente”.

 

“Más mejor cerrar los ojos” fue el nombre que le puso esta vez el pintorMario Toral a su obra que desapareció en 1973 del edificio de la UNCTAD III. Elartista de 90 años la realizó nuevamente este año, tras la promesa hecha por éltras el aniversario número 50 del edificio celebrado el 2022, oportunidad enque se reencontró con amigos artistas de antaño y con el propio edificio. Allíofreció rehacer su creación y dos años después ya se aloja en el hall principalde GAM.

 

Se trata de una serie derostros idénticos entre sí que parecen seguir al visitante con la mirada, losque ocupan cinco placas de madera de 1,50 m de diámetro pintadas con óleoopaco.

 

“Cincuenta años después,hay un elemento nuevo en esta obra: el cambio en los ojos. Es una elección deforma, pero también de sentido, ahora es como más brutal. Antes estaban en lasombra, ahora se nota la pupila. Podemos decir que son una invención nueva, nouna copia, lo que es un consuelo”, dice su autor, Mario Toral.

 

Toral reconoce que“volver al pasado, es reconocer el presente, entonces el hecho que hay genteinteresada en esto, es porque tiene un presente basado en el pasado y eso me hadado conformidad”.

 

Otra de las piezas es "Manifiesto fraterno", deMario Carreño (1913- 1999), una pintura de óleo sobre tela que tambiéndesapareció tras el golpe de Estado. En esta oportunidad, su discípulo de todala vida, Juan Campos, había guardado los bocetos originales y GAM encargó suvuelta a la vida.

 

Campos comenzó su trabajocomo ayudante de Carreño justamente con esta obra y cuando se le ofreció alartista exponer en la UNCTAD: “Para mí fue un privilegio cuando me invita aparticipar de este evento nacional tan importante, era un recinto que iba a serpara todos. Venir a ver este edificio, fue como ir a Versalles. Un Versallesmoderno, un edificio que siempre se prometió para toda la gente. Y ahora esamisma promesa hace que volvamos a reconstruir esta mirada”, dice Juan Campos.

 

"Yo tenía como 4años y me acuerdo haber estado mirando los mesones donde se estaba dibujando elmural. Mi padre era muy cuidadoso, los bocetos los hacía hasta que quedabanimpecables y quedaron con color y lleno de anotaciones. Nosotros como fundaciónestamos muy felices de lograr cumplir el sueño de mi papá, que la obra hubieraquedado aquí, que se hiciera con el colorido que él quería, tal como se loimaginó”, Mariana Carreño, hija delpintor.

 

“La obra de arte es igualque los seres vivos, ellos también sufrieron lo mismo que sufrió el pueblo,fueron desaparecidos. La obra va a seguir viva, eso es lo más importante y esome tiene feliz, ya que he hecho algo importante, algo que se prometió y que serobó”, reflexiona Campos.

 

La última de las obras,de autoría de Héctor Herrera (1926-2007), fue restaurada con tintes originalesencontrados en el taller del artista. El trabajo se logró gracias alfinanciamiento de la Dirección de Arquitectura del Ministerio de ObrasPúblicas, organismo que también fue unidad técnica de este proceso, y estuvo acargo de Marta Rebora y su equipo de la empresa Occitania Patrimonio. Lacreación de Herrera fue entregada en comodato a GAM por el MOP.

 

Paz Herrera, su hija, admite su emoción ante la recuperación: “Con mi familiaestamos muy emocionados por el cariño que todos le han puesto a estarestauración. Muchos años estuvimos tratando de buscarla y no había nada deinformación. Cuando nos enteramos que se estaba restaurando, fue algomaravilloso, muy emocionante”.

 

“Fue un regalomaravilloso que nos permitieran acceder a los materiales originales con queHéctor Herrera hacía su obra. Y fue un desafío también poder enfrentar lalimpieza del textil, porque lo hicimos en seco, pero aún persistían las manchasy decidimos lavarla. Finalmente, eso permitió recuperar la obra”, cuenta Carlos Sotelo, parte del equipo que larecuperó.

 

 

Las tres obras pueden ser visitadas por elpúblico de lunes a domingo, de 9 a 22 horas y se ubican en el Hall del edificioA y en el piso -1 del edificio B.