Organizado por la Subsecretaría de Obras Públicas, a través de la Academia de Obras Públicas, junto a la Dirección de Arquitectura, la Agencia Chilena de Cooperación Internacional para el Desarrollo [AGCID] del Ministerio de Relaciones Exteriores del Gobierno de Chile, la Agencia de Cooperación Internacional del Japón en Chile [JICA], y la participación del Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres, SENAPRED, se realizó la primera edición del curso internacional: «Aplicación del Código de Modelo Sísmico de Latinoamérica para la Actualización de Normas y Estándares de Edificación en los Países de Latinoamérica y el Caribe», Proyecto KIZUNA II 2025.
Esta instancia de capacitación es parte del Programa de Formación de Recursos Humanos para Latinoamérica y El Caribe en Reducción del Riesgo de Desastres, que busca contribuir al desarrollo y fortalecimiento de capacidades de profesionales y técnicos en el espacio regional.
En su intervención, la directora nacional de Arquitectura, Loreto Wahr Rivas, destacó que “este intercambio no es sólo técnico, así lo hemos visto estas semanas, es también cultural. En Japón existe el concepto llamado Kaizen que significa la mejora continua, algo de lo cual tenemos que seguir aprendiendo, para que cada proyecto nos permita construir un futuro más seguro y resiliente”.
Durante la ceremonia, se hizo entrega de su certificado de participación a los 23 becarios y becarias de los países de Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, México, República Dominicana, Perú, Santa Lucía, Chile y Japón, quienes asistieron durante una semana a clases presenciales y en terreno, entre las cuales destacan las charlas en los laboratorios de DICTUC, las visitas al edificio de Senapred y a la Basílica del Salvador, patrimonio arquitectónico para el cual se está licitando la instalación de aisladores sísmicos, una intervención inédita en Latinoamérica para edificación patrimonial.
Por su parte, la subrepresentante de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA), Toshimi Kobayashi, recalcó el rol de este organismo como una “plataforma para el intercambio de conocimiento, experiencia y mejores prácticas”, por lo cual invitó a becarios y becarias a que en sus países promuevan la implementación de códigos y modelos sísmicos, “que puedan diseñar estructuras resilientes y adoptar medidas adecuadas para mejorar, incorporando un enfoque de resiliencia en los diseños”.
En tanto, el subdirector de Reducción del Riesgo de Desastres de Senapred, Felipe Riquelme, reforzó la importancia de que “lo aprendido aquí se transforme en acciones concretas, en mejorar las normas y los estándares de nuestros países, y de mantener las redes que se han forjado acá”.
Durante el proceso formativo, tanto para becarios nacionales como extranjeros, esta fue una instancia enriquecedora. Así lo manifestó el ingeniero civil de la Universidad Nacional Autónoma de México, Renato Berron, quien dirige el Instituto para la Seguridad de las Construcciones de la Ciudad de México. “Si bien, vamos por buen camino, también me he dado cuenta de que hay directrices que podemos incorporar, como los disipadores de energía, que aquí en Chile son de uso común y corriente, en México apenas estamos comenzando”, detalló, agradeciendo también la colaboración y el conocimiento transmitido por el ingeniero de la Dirección de Arquitectura, Eduardo Hurtado, uno de los promotores de esta capacitación desde sus inicios.
En el ámbito nacional, cabe destacar también la experiencia de profesionales como Natalia Ávila, inspectora fiscal de la Dirección Regional de Arquitectura Metropolitana que tuvo la oportunidad de ser una de las becarias del curso y que de sus aprendizajes en terreno destacó la posibilidad de “saber cuáles son los ensayos que tengo que aplicar a los disipadores sísmicos, en el caso que tenga una obra con ellos, y también ver cuáles son las respuestas tempranas ante una emergencia, por ejemplo, ante situaciones como un sismo y que nosotros tengamos que ir a analizar alguna infraestructura”.



