En el marco de la 14ª Reunión Anual y Conferencia Internacional de IPRED (International Platform for Reducing Earthquake Disasters), plataforma respaldada por la UNESCO desarrollado el 01 y 02 de julio 2025 en el campus San Joaquín de la Pontificia Universidad Católica de Chile el pasado, la organización del evento, a través de la Unidad de Innovación y Estudios de la Dirección, solicitó la participación de la Dirección en este evento debido a su conocimiento en estas materias. Por lo anterior, el inspector fiscal de la RM Dagoberto Quevedo, junto al ingeniero de la Unidad de Proyectos, Eduardo Hurtado, acompañados por la profesional de la Unidad Técnica de Arquitectura y Patrimonio, Carolina Aguayo y el jefe (S) de la Unidad de Innovación y Estudios, Rafael Novoa, compartieron la experiencia de la Dirección de Arquitectura para la reducción de desastres sísmicos en edificios públicos en dos ámbitos: la prevención y el catastro.
El evento contó con la participación de delegaciones de alto nivel de los doce países miembros de IPRED, así como representantes de UNESCO, la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA) y expertos nacionales de instituciones como la Pontificia Universidad Católica de Chile, Universidad de Chile, los ministerios de Obras Públicas y Vivienda y Urbanismo y el Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres, entre otras.
En este contexto, y considerando que la mayoría de los asistentes expusieron en materias de análisis de desastres naturales, sus consecuencias, técnicas estructurales que apuntan a mejoramiento de diseño de infraestructura y la reparación de edificación moderna y respuesta ante eventos de esta naturaleza, la propuesta que expuso la Dirección desafiaba el cómo abordar estas materias en el rescate en edificios de carácter patrimonial. En este sentido, se dio a conocer el primer desafío nacional de rescate patrimonial que incorpora aisladores sísmicos. Se trata del Monumento Nacional Basílica del Salvador, ubicado en Santiago, el cual presenta un nivel avanzado de deterioro producto de los terremotos que ha resistido a lo largo del tiempo, entre otros factores.
“A través de esta iniciativa, se presenta un ejemplo concreto de la implementación de soluciones de disipación de energía sísmica como estrategia para minimizar las intervenciones estructurales en inmuebles patrimoniales, sin alterar la autenticidad ni su configuración original del inmueble”, explica el inspector fiscal con especialidad en patrimonio arquitectónico, Dagoberto Quevedo, quien expuso en este seminario agregando que “además, abre nuevas posibilidades para el patrimonio construido, bajo un enfoque técnico, preventivo y respetuoso”.
Según lo explicado por el profesional, la propuesta desarrollada consiste en la incorporación de estos dispositivos bajo los cimientos de muros y columnas existentes, las cuales ya cuentan con un armazón de fierro como refuerzo externo para evitar su derrumbe.
Carolina Aguayo, arquitecta especialista en patrimonio y que ha seguido de cerca el desarrollo de este proyecto en la Basílica del Salvador, explica que parte de los desafíos en el diseño de esta propuesta están en “el alto nivel de fragilidad estructural que posee la iglesia, debido a la baja calidad de los materiales, principalmente ladrillos, a lo que se suma un estado de conservación precario”, por cuanto “no sólo se debe contar con una solución estructural que sea factible de realizar bajo esas condiciones, sino que también debe estar claramente establecido el proceso constructivo para llevar a cabo la faena, de acuerdo a lo estándares de seguridad exigidos por nuestro Ministerio”, recalca.
Adicionalmente, y debido al estado de fragilidad del edificio, se ha identificado la importancia de monitorear el desempeño sísmico del edificio, tanto previo a las obras, como durante su ejecución. Por lo anterior, se aprovechó la instancia para invitar al Profesor Rubén Boroschek -experto en estas materias de la Universidad de Chile quien también expuso en este seminario-, a estudiar en conjunto, el cómo incorporar este tipo de tecnologías a estos procesos.
El ingeniero estructural DA, Eduardo Hurtado, profundizó en la inspección rápida de edificios post-terremotos y las herramientas con las cuales cuenta actualmente el MOP para este tipo de situaciones. “En su origen, era la primera vez que teníamos un instrumento de evaluación estructural temprano objetivo y trazable para la toma de decisiones iniciales, con alcances bien definidos”, explica el profesional, asegurando que “el desafío es implementarlo y cambiar o mejorar la concepción de una inspección rápida después de un terremoto”.